viernes, 16 de enero de 2009

Queridos, Queridas... quiero agradecer al infatigable creador de blogs, Nicolai de Peralejo, esta propuesta de interactividad con la que tanto podemos aprender.
Como no dejáis recitar a nadie el poema de Luis de Góngora (1561-1627), poeta español adscrito al conceptismo (que os lo explique Manuel), áquí lo tenéis. El poema de Quevedo (1580-1645) que lo acompaña es, tal vez, más significativo de la expresión del conflicto existencial que vivió la población de Europa en el siglo XVII.

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente el lililo bello

Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano
Y mientras con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,

Goza cuello, cabello, labio y frente
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente

No solo en plata o viola troncada
Se vuelva, mas tú y ello juntamente
En tierra, en humo, polvo, en sombra, en nada.

QUEVEDO:

Fue sueño ayer, mañana será tierra.
¡Poco antes nada, y poco después humo!
¡Y destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo,
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo que me entierra.

Ya no es ayer, mañana no ha llegado;
hoy pasa y es y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento
que a jornal de mi pena y mi cuidado
cavan en mi vivir mi monumento.