viernes, 15 de mayo de 2009

Ortega y Gasset

PROGRAMACIÓN DE 2º de BACHILLERATO

ORTEGA Y GASSET (Madrid 1883 – 1955)

Ortega es hombre del siglo XX. Frente a la forma de superar la crisis existencial expuesta por el noventayocho (podríamos decir que los noventayochistas quieren resucitar la nación desde sus propia identidad castiza), él es un europeo que entiende la regeneración (movimiento que vive cercano) de su país a través del desarrollo racional y científico de otras naciones europeas como Alemania o Francia.


Vida y obra: (pág. 313)


Acontecimientos señalados de la vida de Ortega:
Nace en Madrid en 1883 en el seno de una familia acomodada. La familia de su madre fue propietaria del periódico El Imparcial; su padre, director y articulista del mismo. Este ambiente marca la actividad periodística de Ortega (fundación del diario El Sol y de la revista cultural y de pensamiento Revista de Occidente) y que su expresión posea un alto valor estilístico (es prosa literaria de alta calidad).

Vive en su juventud el problema de España propiciado por el “desastre” de 1898 (pérdida de las últimas colonias españolas). Esta pérdida provoca una crisis de consciencia nacional. La primera etapa intelectual de Ortega está relacionada con buscar el origen y la solución al problema de España. La solución será que el país tome el tren de las demás naciones europeas, a sus logros en pensamiento y ciencia. Para esta tarea será necesario crear una élite de pensamiento que eduque a las masas.

Por ello, el joven Ortega, luego de doctorarse en filosofía, viaja a Alemania, donde asimila (Universidad de Marburgo) el neokantismo de Cohen y Natorp, sus maestros.

En 1910 accede a la cátedra de Metafísica de la Universidad de Madrid (comienza numerosas actividades políticas y docentes). Se enfrenta públicamente con Primo de Rivera y luego con Berenguer.

Apoya el nacimiento de la República. Será diputado pero pronto se desencanta y abandona la política.

En 1936 se exilia voluntariamente hasta que regresa a España en 1945, dando comienzo a lo que algunos autores han llamado el exilio interior (reducción al mínimo de su actividad pública).

Muere de cáncer gástrico en 1955.

Obras:

Contexto histórico:

Final del siglo XIX y primera mitad del siglo XX.

Los acontecimientos políticos más destacados son: los coletazos de la Restauración, las dictaduras de Primo de Rivera y Berenguer (a ellos se enfrenta Ortega perdiendo la cátedra universitaria), otro intento monárquico (Alfonso XIII), Segunda República (1931) (Ortega la apoya fundando La Agrupación al Servicio de la República), guerra civil española (1936-1939) (exilio hasta 1945, cuando vuelve a España), dictadura franquista (1939 hasta la muerte de Ortega en 1955), período marcado por el llamado exilio interior: actividad intelectual al margen de la actividad pública.

No debemos olvidar la Primera guerra mundial, el ascenso de los totalitarismos, la revolución rusa, la Segunda guerra mundial.

  • Socialmente se vive una entrada al siglo XX tremendamente turbulenta (revolución rusa, guerras...)

  • En España: crisis de consciencia propiciada por la crisis del 98.

  • Inestabilidad política.

  • Incultura popular, falta de desarrollo científico- técnico en todos los ámbitos de la vida.

Contexto cultural:

  • Ortega, aun perteneciendo a una generación diferente, siente el ímpetu regenerador del Regeneracionismo español de autores como Joaquín Costa (los regeneracionistas pretendían regenerar la sociedad española a través de reformas educativas y de reformas públicas encaminadas a promover el saber en todos los campos sociales: desde la cultura a la agricultura.

  • Influencia fundamental del krausismo (el filósofo idealista alemán Krause) en los intelectuales del momento como movimiento de renovación pedagógica que dará lugar, a través de Francisco Giner de los Ríos a la ILE:

  • Institución libre de enseñanza (en el mismo sentido de necesidad regeneradora, la ILE trató de formar a individuos que tuvieran luego intervención intelectual pública y política para que España se convirtiera en una nación democrática y moderna).

  • Literatos del 98 (de quienes está distanciado por su ideas europeístas, pero a quienes está unido por la misma necesidad de pensar España.

  • Generación del 27 y renovación vanguardista (será crítico con la vanguardia: para él, el arte queda sin rasgos humanos cuando se vuelve formal, abstracto y sin relación con lo social. Sus ideas al respecto las expone en la obra La deshumanización del arte.



Contexto filosófico:

  • Filosofía griega como inicio del pensar occidental y la herencia posterior de ese pensar racional en la filosofía moderna (desde el siglo XVII).

  • Krausismo: la filosofía de Krause es seguida de cerca por muchos intelectuales de la época que la acogerán como elemento de la necesaria transformación de la cultura errática y rancia de España, a través d ela propuesta de una educación moderna..

  • Filosofía alemana contemporánea: sus maestros en Marburgo son los neokantianos Cohen y Natorp. Los neokantianos recuperan el análisis de la obra de Kant centrado en su teoría del conocimiento. Esta influencia es abandonada por Ortega a partir de su segundo período de pensamiento (perspectivismo).

  • El vitalismo: entender que la vida es la característica humana, no la razón pura. El ser humano se incardina en la vida, no es una esencia, una sustancia pensante al margen de su experiencia vital. La realidad ha de ser interpretada desde la propia existencia. La figura de Nietzsche es vital aquí, pero sin el componente de irracionalismo. De Nietzsche toma Ortega también el perspectivismo de la verdad.

  • Dilthey y el historicismo: la historia es lo que caracteriza al hombre, no la naturaleza: el hombre no tiene una esencia al margen de la historia, es en la historia.

  • Heidegger y el existencialismo: el estar “arrojado” en la vida – en la circunstancia – pero también en el concepto de libertad: el ser humano puede elegir.

  • Husserl y la fenomenología: ideal de la razón, búsqueda de un método con el que indagar la esencia de las cosas (entre ellas la de la existencia humana).


EL PENSAMIENTO DE ORTEGA Y GASSET:

El pensamiento de Ortega se divide en tres etapas: Objetivismo (1902-1910), Perspectivismo (1910-1923), Raciovitalismo (1923-1955).

Hay que tener presente que el fragmento de texto que comentamos pertenece a una obra de 1923 llamada El tema de nuestro tiempo, obra que explica conceptos de las dos últimas etapas del pensamiento orteguiano: el perspectivismo, el concepto de “razón vital” y también la “teoría de las generaciones”.

OBJETIVISMO INICIAL:

El planteamiento filosófico de Ortega y Gasset estuvo ligado desde el principio a su afán regeneracionista, a la idea de europeizar España y de un pensamiento adecuado para mejorar la vida. Para desarrollar estos propósitos, a causa de la influencia del neokantismo alemán y la visión cientifista del mismo (la realidad puede ser entendida como objeto investigable; podemos analizar lo real a través de la aplicación de nuestra razón a los objetos –la razón crítica-).

Según Ortega, la ciencia (métodos, precisión, hábito crítico, racionalidad) es lo que diferencia a Europa de España. Esta postura es la denominada objetivismo, opuesta a la subjetividad que nos lleva a discusiones estériles y a problemas mal definidos.

Para hacer ciencia, para pensar, hay que definir con precisión los términos del problema. Sólo a partir de este tipo de definiciones se podrá hacer pensamiento científico y no incurrir en el deseo, la creencia o la opinión. Luego habrá que revisar críticamente lo definido, los resultados (Descartes inicia la modernidad, no lo olvidemos). La reforma del pensamiento español pasa por la adquisición de estos hábitos.

El objetivismo del joven Ortega supone un antihumanismo cientifista que exige la eliminación de lo subjetivo en todas las disciplinas del pensar humano: la ciencia ha de ser objetiva, precisa, sistemática, crítica.

HACIA EL PERSPECTIVISMO:

La filosofía de Ortega fue derivando a partir de 1914 (con la publicación de su primer libro: Meditaciones del Quijote) hacia una teoría del conocimiento perspectivista, una concepción de la razón como instrumento vital, histórico, y no como puro instrumento de conocimiento.

Ortega está empeñado en integrar la razón y la vida, la objetividad y la subjetividad y lo lleva a cabo a través de una reinterpretación de la historia del pensamiento, desde el descubrimiento de la razón en el mundo griego (Sócrates sedujo a todos) hasta que se ha realizado otro descubrimiento capital: la razón es un instrumento de la vida, no una facultad ajena a la misma.1

CRÍTICAS AL REALISMO (al objetivismo) Y AL IDEALISMO (al subjetivismo):

Para el realismo, la verdadera realidad son las cosas en sí mismas, independientemente del sujeto, del yo, que queda convertido también en una cosa más. Esto no tiene sentido, porque es el sujeto quien vive las cosas, el que tiene experiencia de las cosas a través de su vida2. El hombre no tiene una naturaleza investigable como cosa, la vida humana no es un objeto, por eso no posee naturaleza. Como dice Ortega en Historia como sistema (1941): “El hombre no tiene naturaleza, sino que tiene historia”.

Por otra parte, el idealismo comete el mismo error. El racionalismo cartesiano, verdadero iniciador del subjetivismo, suspende el mundo exterior a favor del yo, de la sustancia pensante. Para Ortega está claro que no puedo pensar lo real sin el yo (crítica al realismo), pero tampoco puede pensar el yo aislado de las cosas, del mundo. La realidad radical (la realidad de raíz, la esencial) es el yo pensante con las cosas, el yo viviendo con las cosas, mi vida, “yo y mi circunstancia”.

¿A qué nos referimos con este término – “circunstancia” – tan importante para Ortega?

Escribe Ortega: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Además del yo están las circunstancias de cada uno de nosotros: lo físico que nos rodea, nuestro contexto, nuestro pasado y nuestro proyecto de futuro personales y también el pasado y el proyecto de la sociedad que nos rodea.

Las cosas no son solas (realismo) ni hay prioridad del sujeto (idealismo) sino una coimplicación del yo y las cosas. El entramado yo y mi circunstancia es la vida como realidad radical a través de la que el sujeto entiende y actúa en el mundo. La circunstancia es todo lo que interviene en la vida del ser humano y es utilizado por él para hacerse a sí mismo.

De intercambio entre el yo y la circunstancia, un intercambio dirigido por la razón (por eso es razón vital), hasta el extremo de considerar que vivir es razonar (por eso es razón vital). esta forma, la vida es un continuo

EL PERSPECTIVISMO:

Recordad que el capitulo de la obra que trabajamos, El tema de nuestro tiempo (ver guía de lectura pág. 326), se titula “la doctrina del punto de vista”; y hace referencia al aspecto epistemológico de la verdad. Ahora lo explicamos.

En sustancia, el perspectivismo es la doctrina que defiende que la verdad tiene muchas caras; que hay infinitos puntos de vista sobre cualquier aspecto, sobre cualquier objeto. No es por lo tanto una posición dogmática que defienda que solo hay una verdad de carácter objetivo, pero tampoco se trata de escepticismo (no podemos conocer la verdad); ni tampoco podríamos decir que es relativismo, porque se considera la posibilidad real de alcanzar la verdad a través de la suma de los diferentes puntos de vista sobre lo real que tenga cada sujeto. Lo que cada sujeto piense sobre lo real, el punto de vista que tenga cada sujeto dependerá de su circunstancia (tal y como hemos definido este término). La suma de perspectivas constituye, en último término, lo real, la verdad. Por ello hay que respetar, ser tolerante con los otros, ser capaces de asumir otras perspectivas como integrantes de lo real.

El concepto de perspectiva hay que entenderlo en un doble sentido: como perspectiva individual (cada ser humano y su circunstancia) y como perspectiva socio-cultural (cada sociedad se ha formada según unas circunstancias determinadas, y ese poso de experiencias compartidas contribuyen también a una forma de mirar el mundo).

El perspectivismo es una respuesta a la crítica antes expuesta al realismo y al idealismo: según el primero, el conocimiento puede hallarse en el objeto (como conocimiento objetivo, pues); el segundo afirma (Descartes, Kant) que el protagonismo en el proceso del conocimiento lo tiene el sujeto, que sometería la conocido a sus propias estructuras (es decir, a la Razón). Ya hemos expuesto que la superación de ambos está en la consideración de la vida como realidad radical que consiste en la coexistencia del yo y las cosas sin que haya prioridad del sujeto sobre el objeto o a la inversa, sino una relación entre ambos: la vida. La verdad para Ortega será definida en relación a esa coexistencia del sujeto y el objeto que es la vida. Como vidas hay tantas como sujetos, habrá tantas verdades como sujetos. Esta multiplicidad de verdades es lo que se ha denominado perspectivismo: hay tantas verdades como perspectivas porque cada vida es, en sí misma, un punto de vista sobre el universo. Conocemos la realidad sólo como perspectiva.

El RACIOVITALISMO supone el pensamiento maduro de Ortega. Es su última etapa de pensamiento. Explicaremos en ella los conceptos de razón vital y razón histórica.

Esta etapa es una evolución y una concreción del perspectivismo. Aquí va a establecer la necesidad de superar el antagonismo entre la razón como fundamento de la verdad, del conocimiento, de la objetividad, y la vida, que representaría lo particular, lo mudable, lo pasional, lo irracional. En un artículo publicado en Revista de Occidente, en 1924, Ortega se desmarca de la consideración separada de las dos opciones que nos ocupan. (El artículo, titulado “Ni vitalismo ni racionalismo” está en el libro de texto (pág. 333).

El raciovitalismo (la necesidad del pensar para el vivir) supone una superación del vitalismo filosófico que defiende que el conocimiento es fruto del proceso biológico, de la filosofía de Bergson (según Bergson, la filosofía no es el modo superior de conocimiento del ser humano. La realidad es devenir, y solo podemos aprehenderla a través de la intuición. La razón sólo puede darnos una imagen petrificada de la realidad)...

Ya desde su primera etapa objetivista, Ortega se inclina por la vida como la realidad radical, - anterior a cualquier otro conocimiento -; no en un sentido biológico o irracional, puramente instintivo, como la habían entendido Nietzsche o Darwin, sino como una realidad envolvente, circunstancial, en relación e interconexión con el yo humano, en su pura dimensión biográfica. En la lección X de ¿Qué es filosofía?, afirma:

“Nuestra vida, según esto, no es sólo nuestra persona sino que de ella forma parte nuestro mundo; ella - nuestra vida - consiste en que la persona se ocupa de las cosas o con ellas, y evidentemente lo que nuestra vida sea depende tanto de lo que sea nuestra persona como de lo que sea nuestro mundo. Ni nos es más próximo el uno que el otro término: no nos damos cuenta primero de nosotros y luego del contorno, sino que vivir es, desde luego, en su propia raíz, hallarse frente al mundo, con el mundo, dentro del mundo, sumergido en su tráfago, en sus problemas, en su trama azarosa. Pero también viceversa: ese mundo al componerse sólo de lo que nos afecta a cada cual, es inseparable de nosotros. Nacemos juntos con él y son vitalmente persona y mundo como esas parejas de divinidades de la antigua Grecia que nacían y vivían juntas: los Dióscuros, por ejemplo, parejas de dioses que solían denominarse dii consentes, los dioses unánimes”.

La vida es para Ortega la realidad existencial humana, su quehacer, tanto en el sentido de fabricación técnica, según señala en sus Meditaciones de la técnica, como en un sentido histórico, en su dimensión social y política. Vivir es sentir algo, querer algo, pensar algo, es coexistencia del yo y el mundo. La vida es el hecho primario sobre el que ha de basarse toda filosofía. Como afirma uno de sus mejores discípulos Manuel García Morente, estamos ante una revolución metafísica caracterizada por la correlación entre el yo y el mundo, la vida es el “cogito” de la nueva filosofía.

El ser humano es lo que ha sido: la herencia de los hombres que le precedieron, no tiene naturaleza sino historia; y, mirando hacia el futuro es proyecto y libertad. Se va construyendo a sí mismo, es un ser histórico, se va haciendo en la medida que va creando su propia historia. No puede permitir que nadie elija o escoja por él; tiene que empeñarse personalmente en la construcción de sí mismo; tiene que seguir su propia e intransferible vocación, cuyo desarrollo convierte la vida en un proyecto único y personal. Este proyecto personal se lleva a cabo dentro de unas circunstancias familiares, sociales, políticas, económicas etc., en las que todas las personas vivimos. La educación, la cultura, la política e incluso la vida cotidiana influyen de modo decisivo facilitando o entorpeciendo el proyecto personal, vital. Cada hombre tiene un destino ético, personal, - prosigue en la misma lección X -:

“Vida significa la inexorable forzosidad de realizar el proyecto de existencia que cada cual es…La vida es constitutivamente un drama porque es la lucha frenética con las cosas y aun con nuestro carácter por conseguir ser de hecho, lo que somos en proyecto”.

El descubrimiento de la vida como realidad metafísica, exige un método desde el que pueda ser accesible, este método es la razón vital; la razón es sólo una forma y función de la vida.

El hombre está abierto al mundo y a las cosas, y es aquí donde desarrolla su racionalidad. La razón no es un archivador u ordenador frío e insensible, como habían pintado los racionalista, empiristas y kantianos, sino que la razón es una función de la vida, es una razón vital, y por tanto, histórica. El pensamiento y la reflexión son una forma de vida, precisamente la más natural y humana. La vida que vamos viviendo es la realidad donde la razón adquiere sentido, para llevar una existencia auténtica. La razón es la capacidad para iluminar y dar sentido a la existencia personal y cultural. “Frente a la razón pura físico – matemática, hay una razón narrativa. Para comprobar algo humano, personal o colectivo, es preciso contar una historia. Este hombre, esta nación hace tal cosa y es así porque antes hizo tal otra y fue de tal modo. La vida sólo se vuelve un poco transparente ante la razón histórica”.

La cultura española es un ejemplo concreto para Ortega de razón vital donde ocupan un lugar destacado la pintura, la poesía y el arte en general. La filosofía española se manifiesta en símbolos y obras literarias como el Quijote, la Vida es Sueño o las Moradas.

1 La razón pasa a ser un instrumento o una función de la vida. Por lo tanto, el problema del conocimiento pasa a ser cómo es ésta razón, cómo se da adaptada a la vida, cómo puede hallar la verdad teniendo presente la circunstancia. Como consecuencia de esta reinterpretación de la razón, aparece la crítica de Ortega al racionalismo, al idealismo: la razón pura es ajena al contexto vital. Aplaza, como haría Descartes, problemas esenciales de sí misma hasta que no esté constituida con claridad geométrica (este aplazamiento y esta constitución primaria son inaceptables según Ortega).

La alternativa a la razón pura del racionalismo propuesta por Ortega es la defensa de la razón vital, a la que considera la verdadera razón, porque es la que atiende a la realidad sin apartarse de la misma, sin formalizarla ni generalizarla al margen de la vida.


2 A través de su vida desarrollada como razón humana y como razón en la historia – de ahí provienen los conceptos de “razón vital” y “razón histórica”)




martes, 24 de febrero de 2009

Para complementar lo expuesto sobre David Hume, podéis recurrir a la siguiente dirección: www.e-torredebabel.com/ de donde copiamos dos de las leyes que rigen el conocimiento para Hume.


Ley De La Causa Y Efecto
Esta ley de la asociación nos dice que tras la observación de la existencia de contigüidad espacial de dos hechos u objetos, de su sucesión en el tiempo y de la reiterada experiencia de estas relaciones entre ambos, se crea en nuestra mente la predisposición a evocar la idea del segundo (al que consideramos efecto) si está presente la idea del primero (al que consideramos causa).
Así, las ideas de “dentista” y de “dolor” mantienen una cierta relación entre ambas como consecuencia de haber tenido dolor tras la intervención del dentista, de tal modo que el pensamiento de uno puede traer consigo el pensamiento del otro.
Ley De La Contigüidad
Según esta ley de la asociación, aquellas ideas que se han vivido juntas tienden a aparecer juntas.
El típico caso de una canción que nos recuerda a una persona es un ejemplo de esta ley. Es una ley muy importante porque está a la base de la formación de las ideas complejas, particularmente de las de substancia: miramos a la calle y vemos un objeto, percibimos las ruedas, el volante, los asientos, las puertas, las ventanillas, los faros, el maletero, abrimos el capó y percibimos el motor, ...; todas estas percepciones se dan unas junto a otras, tanto en el sentido temporal, puesto que pueden percibirse unas tras otras si nuestra mirada recorre sin interrupción dicho objeto, como en un sentido espacial, puesto que las sensaciones visuales de las ruedas pueden formar un continuo con las sensaciones visuales de la puerta o de la carrocería. Si se repite esta experiencia, se crea en nosotros una disposición a reproducir una de las ideas correspondientes a dicho objeto cuando está presente la otra, y de este modo podemos formar la idea compleja “coche”. Nuestras expectativas respecto de los aspectos o rasgos que nos van a ofrecer las cosas se basan en gran medida en esta ley: nos causaría gran sorpresa mirar en el interior del coche que vemos en la calle y no encontrar un volante, puesto que siempre hemos visto que en los coches hay volantes, experiencia ésta última que crea en nuestra mente el hábito o disposición a considerar que ha de ser así en los casos futuros.
Ley De La Semejanza
Ley de la asociación según la cual nuestra mente tiende a reproducir ideas semejantes, como cuando un retrato lleva de forma natural o espontánea a nuestra mente a pensar en el original.
Esta ley es importante en nuestro trato con las cosas pues consideramos que los objetos semejantes deben tener las mismas propiedades y los mismos poderes causales.

Tesis generales del Empirismo. David Hume.

TESIS FUNDAMENTALES DEL EMPIRISMO:
Se extiende a lo largo de dos siglos (ss. XVII y XVIII). Es una corriente filosófica contrapuesta al racionalismo.
1º) El origen del conocimiento es la experiencia. Sin embargo, el empirismo no defiende que nuestro conocimiento sea exclusivamente debido a la sensación (o experiencia externa), también admite una experiencia interna y facultades de conocimiento diferentes a los sentidos. Que el conocimiento provenga de la experiencia implica la negación de las ideas innatas del racionalismo.
2º) El conocimiento humano no es ilimitado: la experiencia es su límite: Esta segunda tesis marca también la diferencia con el racionalismo: para éste la razón no tiene límites; si sigue un método adecuado, puede llegar a conocerlo todo. Los empiristas niegan tal posibilidad: “no podemos ir más allá de la experiencia”, dice Hume en la Introducción de su obra Tratado de la naturaleza humana. Por lo tanto hay aquí una crítica a la metafísica.
3º) Todo conocimiento es conocimiento de ideas. Es esta tesis coinciden racionalistas y empiristas. Lo que conoce la mente son sus ideas (no las cosas), y el pensamiento se reduce a relacionar ideas entre sí. Por esta razón, los empiristas conceden gran importancia a los análisis psicológicos que explican las asociaciones de ideas entre sí. El contenido de cualquier idea debe ser explicado siempre a partir de las ideas más simples que la componen. (Así es como todos los empiristas aceptan la doctrina fundamental del nominalismo: las ideas universales no son sino ideas particulares unidas mediante una palabra).
Por primera vez, los empiristas realizan una crítica de la razón; es decir, un examen de los límites y posibilidades que tiene nuestra razón para conocer .


HUME (1711-1776):
Critica a Locke el usar el término idea de forma ambigua y demasiado general para referirse a todo lo que conocemos. Para Hume, todo contenido de nuestra consciencia es una percepción, la cual puede ser de dos tipos: impresiones (conocimiento por medio de los sentidos) o ideas (representaciones o copias de aquéllas en el pensamiento. Las ideas proceden de las impresiones). Las ideas son más débiles, menos vivas que las impresiones. Con esta distinción, el planteamiento de Hume es radical: ¿cómo sabemos si una idea cualquiera es verdadera?: hay que comprobar si la idea procede de alguna impresión. Si podemos señalar la impresión correspondiente, estaremos ante una idea verdadera; en caso contrario, estaremos ante una ficción. El límite de nuestros conocimientos son, pues, las impresiones.
Además de la distinción relativa a los elementos del conocimiento, Hume distingue dos tipos de conocimiento: conocimiento de relaciones existentes entre las ideas (Relations of ideas) y conocimiento de hechos (matters of fact).
El conocimiento que proviene de la relación entre ideas (“relaciones de ideas”, las llama Hume) no tiene nada que ver con los hechos, con lo que pase o suceda en el mundo. Por ejemplo: “el todo es mayor que sus partes” es una proposición verdadera al margen de los hechos, es independiente de que haya todos y haya partes. Este conocimiento no se refiere a hechos, sino que se refiere a la relación existente entre las ideas de todo y parte; la relación entre estas ideas es independiente de los hechos. A este tipo de conocimiento pertenecen la lógica y las matemáticas. Las relaciones entre ideas se formulan en proposiciones analíticas (el predicado está contenido en el sujeto, no dicen nada nuevo) y necesarias (no son contingentes, posibles o no posibles, son siempre así).
El conocimiento de hechos (o cuestiones de hecho, como las llama Hume) proviene de la experiencia.
El conocimiento de hechos queda limitado a nuestras impresiones actuales. Para saber si una idea es verdadera basta con comprobar si proviene de alguna impresión.
Nuestro conocimiento de los hechos queda limitado a nuestras impresiones actuales y a nuestros recuerdos (ideas) actuales de impresiones pasadas (lo que recordamos haber visto, oído, etc.), pero no puede haber conocimiento de hechos futuros, ya que no poseemos impresión alguna de lo que sucederá en el futuro a pesar de “saber” que en el futuro ocurrirán ciertos hechos: la lluvia que cae mojará y el agua puesta al fuego se calentará. Si embargo, solamente tenemos la certeza del agua cayendo y solamente tenemos la impresión del agua fría sobre la llama. ¿Cómo podemos estar seguros de que posteriormente tendremos las impresiones de los objetos mojados y del agua caliente?.
Hume observa que nuestra certeza de lo que ocurrirá en el futuro se basa en una inferencia causal: (unimos dos fenómenos de los que tenemos impresiones aisladas mediante la conexión causal): “conocemos” que el agua y el fuego son causa de los efectos de humedad y calor. Pero, ¿cómo hemos adquirido este conocimiento?: mediante la costumbre de observarlo; el hábito o la costumbre de observarlos nos hace CREER en la existencia de que existe realmente una conexión causal. Pero, ¡atención!: para Hume, una idea verdadera es aquella que corresponde a una impresión, la conexión causal entre dos fenómenos no es una impresión, luego no puede ser una verdad. Hemos observado el fuego y a continuación un aumento de la temperatura en los objetos próximos a él. Pero nunca hemos observado que entre ambos fenómenos exista una conexión necesaria, la causalidad no es perceptible. De esto se deriva que los hechos futuros solo los podríamos conocer suponiendo que entre lo que llamamos causa y lo que llamamos efecto se da una conexión necesaria, y como no poseemos la impresión de tal conexión no podemos saber realmente que el agua vaya a calentarse – es más, no podemos conocer ni asegurar que ambos fenómenos estén conectados de alguna manera -, simplemente CREEMOS que el agua se calentará. El conocimiento de los hechos futuros por inferencia causal es una suposición o creencia. No obstante, el hábito (entendido como mecanismo psicológico), la costumbre de haber observado en el pasado que a una fenómeno (fuego) siempre sigue el otro (calor) nos da suficiente “certeza”; ello, según Hume, nos basta para vivir.
Nuestra certeza acerca de los hechos no observados no se apoya, pues, en un conocimiento de éstos, sino en una creencia.
(Las impresiones son lo más cierto. Según este postulado, ni siquiera podemos defender la existencia de la realidad. La verdad deriva de las impresiones. Solo las impresiones nos ofrecen certezas; no podemos, por ello, conocer una realidad extramental exterior a nosotros, no podemos salir del círculo de nuestras impresiones porque solo ellas, de forma inmediata nos ofrecen conocimiento – según Locke, nuestras impresiones provienen del mundo exterior-). Para Hume, tenemos impresiones, no sabemos de dónde proceden, si de Dios (Berkeley) o del mundo exterior (Locke). Tenemos impresiones y con eso basta. Entre otras cosas, lo que Hume defiende es que la razón no nos sirve para conocer la realidad, pues mediante ella no podemos descubrir la causa y los efectos, sino únicamente por la experiencia (Observando el fuego no podemos deducir racionalmente su supuesta actividad).

jueves, 5 de febrero de 2009

PRIMERO AUXILIOS para estudiar Historia de la filosofía.

- Atiende en clase y pregunta cuanto no entiendas.
- El mismo día que tengas clase "traduce" los apuntes en casa. Escribe lo apuntado en una forma que puedas entender. Si no entiendes algunos conceptos, prepara preguntas para la clase siguiente y no te olvides de formularlas.
- En primero de bachillerato han inventado la merienda filosófica: reunión de estudiantes para estudiar y merendar. Es buena idea. Se trata de estudiar en común: aclaras dudas y te esfuerzas en explicar lo que dice un autor. Resultado: un incentivo para la memoria y beneficios para la comprensión de un tema.
- Desempolva inmediatamente los criterios de calificación que entregamos los primeros días de clase. Léelos atentamente. Si entiendes lo que se valora en las preguntas de comentario te resultará más fácil responderlas.

viernes, 16 de enero de 2009
















Queridos, Queridas... quiero agradecer al infatigable creador de blogs, Nicolai de Peralejo, esta propuesta de interactividad con la que tanto podemos aprender.
Como no dejáis recitar a nadie el poema de Luis de Góngora (1561-1627), poeta español adscrito al conceptismo (que os lo explique Manuel), áquí lo tenéis. El poema de Quevedo (1580-1645) que lo acompaña es, tal vez, más significativo de la expresión del conflicto existencial que vivió la población de Europa en el siglo XVII.

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente el lililo bello

Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano
Y mientras con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,

Goza cuello, cabello, labio y frente
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente

No solo en plata o viola troncada
Se vuelva, mas tú y ello juntamente
En tierra, en humo, polvo, en sombra, en nada.

QUEVEDO:

Fue sueño ayer, mañana será tierra.
¡Poco antes nada, y poco después humo!
¡Y destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo,
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo que me entierra.

Ya no es ayer, mañana no ha llegado;
hoy pasa y es y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento
que a jornal de mi pena y mi cuidado
cavan en mi vivir mi monumento.

MAPA del Contexto Politico-Religioso

Es un mapa sobre el contexto religioso que sirve para tener una idea sobre como se estaba creando el mapa de €uropa desde el punto de vista del reformismo católico. ¡PINCHA EN ÉL PARA VERLO EN GRANDE!